La interpretación de David García-Intriago volvió a conquistar a ejidenses y visitantes, como ya lo hiciera con su anterior propuesta, hace dos años, 'Oh vino' y también el pasado verano en el Castillo de Guardias Viejas con 'Hambre'.
La obra gozó de un gran éxito de público que completó nuevamente el aforo y es que se trata de una sorprendente propuesta multidisciplinar en la que confluyen teatro, música y gastronomía, dejando al descubierto las necesidades más primitivas del ser humano. Con una duración de una hora y media, puso de relieve las necesidades, escaseces, deseos y defectos que nos definen al ser humano desde el Siglo de Oro. La obra se convirtió en un maravilloso viaje cargado de humor para confirmar de que la risa es el alimento del alma y que la cultura es lo único que nos puede salvar.